Hay muchas personas que no se imaginan su vida sin alguien al lado y más cuando han vivido gran parte de ella acompañadas, en pareja o en familia. Por eso, cada vez más, el miedo a estar solo se palpa en el ambiente

Para lidiar con este miedo habrá que trabajar a fondo los músculos de la sesera, ejercitando los pensamientos que te ayudarán a ver la soledad con otros ojos. ¡Vamos al tajo!

Existe la falsa creencia de que para disfrutar de la vida has de tener siempre compañía, y por eso es muy común que cuando alguien te cuenta que se siente solo te provoque compasión o tristeza.

La soledad, como todas las emociones, cumple la función de adaptación a la realidad que vives en cada momento. Piensa un poco, puede que tu pareja mañana mismo decida romper contigo porque ha dejado de quererte o quizá por desgracia no lleguéis a envejecer juntos. En esos momentos duros e incluso macabros la soledad es necesaria para conectar con lo que uno quiere o no en su vida  y para fortalecer el amor propio

Seguro que conocerás a más de uno que sigue en una relación de pareja sin futuro porque le paraliza el miedo a la soledad e incluso puede pasarte, que estando en una relación, te sientas más solo que la una pero sigues a su lado por no ponerle garras al asunto.

Cuando sientas una gran desesperación, ante la idea de sentirte solo en el mundo, piensa que es muy posible que se deba al miedo a sentirte incapaz de hacerte cargo de ti mismo. Es entonces, cuando puede que te surja la absurda necesidad de salir a la caza y captura de alguien que te proteja. Antes de salir en su búsqueda, piensa que puede que tengas una asignatura pendiente: aprender a cuidar de  ti mismo.

Aunque te parezca extraño, conozco a personas que no se sienten bien si van a dar un paseo a solas o que se ven incapaces de sentarse en una terraza a tomar un café sin compañía. En estos casos, lo mejor es tirarse al agua de cabeza y arriesgarse a nadar sin el socorrista al lado. Puede que al principio no te sientas del todo cómodo pero con el tiempo le cogerás el tranquillo y acabarás nadando como pez en el agua.

Es de vital importancia aprender a sentirse bien solo, a conocerse, a divertirse y a quererse tal cual eres sin que surja la dichosa necesidad de tener siempre una lapa al lado.

Una meta para mí es saber disfrutar de la soledad porque aunque no te lo parezca puede ser de lo más beneficiosa. Puede ayudarte en muchos sentidos: en tu crecimiento personal, a conocerte mejor, a desarrollar tu creatividad, en tu autoestima, a pensar nuevos proyectos, a sentirte más libre y a favorecer tu propia protección.

Pero cuidado, la soledad puede ser también tu peor enemiga cuando piensas que no va contigo, la consideras como una cruz y la vives con resignación. Esta soledad hace que te sientas aislado, deprimido y es un arma que despedaza tu amor propio. Si alguna vez la has sentido en tus carnes ,sabrás de sobras que nada bueno te aporta.

La causa de esta soledad es la necesidad de apoyo , de querer contar lo que te sucede y de falta de autoestima. También, está muy relacionada con esta frase de Nietzshe que da mucho que pensar: "El mal amor a uno mismo hace de la soledad una cárcel".

Para que la soledad se convierta en tu aliada tienes que darle una oportunidad y querer lidiar con ella pensando en sus bondades. Congeniar con la soledad en su justa medida es todo un logro si lo que quieres es madurar.

Cuando palpes en el ambiente, el miedo a estar solo, ponte las gafas de sol para ver la soledad con otros ojos, intenta camelártela o al menos congeniar con ella, invítala a salir, muéstrale tu mejor versión y sobre todo, no olvides disfrutar de vuestra gran cita a solas.