Plántale cara a la indecisión y sal airoso con tu elección intacta


Hoy os voy a contar mi experiencia con la indecisión, un estado que me acompaña a menudo últimamente al estar viviendo una etapa con muchos cambios que supone tomar decisiones para seguir avanzando. Seguro que a ti también te habrá pasado en algún momento de tu vida y si lo has vivido sabrás que no resulta nada fácil, es tremendamente agotador e incluso puede generarte cierta ansiedad.


En mi caso cuando tengo que tomar una decisión importante mi mente se transforma en una computadora con una potencia envidiable que registra a alta velocidad todos los datos almacenados para dar con el resultado lo antes posible. Mi mente es para mi gusto demasiado eficiente, a veces me cuesta ordenarle que se tome descansos y se relaje en su tarea, pero soy consciente de que la intención es buena, despejar dudas rápidamente para atajar la indecisión.


El miedo a la incertidumbre es la causa principal que hace emerger la indecisión que provoca, a su vez, emociones como la angustia, el estrés o la intranquilidad al no tener el control de la situación ni poder predecir los resultados de las acciones que emprendemos. Es importante aprender a regular estas emociones recurriendo a tu inteligencia emocional.

Para plantar cara a la indecisión y salir airoso con tu elección intacta te voy a confesar mis 5 consejos prácticos:


  1. Lo primero que hago es un listado para valorar todos los pros y los contras de cada decisión, en mi profesión esta técnica la llamamos el análisis DAFO. Esta metodología te permite visualizar claramente las fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades de cada opción y te facilita el trabajo para después sacar conclusiones. 
  2. Consulto el dilema en mi entorno más cercano para tener otros puntos de vista, no sólo el mío, y así poder analizar con perspectiva. Pero también te aconsejo que cojas la opinión de los demás con pinzas para que no te influya excesivamente, ya que la decisión final debe ser tuya. No caigas en la trampa mortal de tomar una decisión por agradar a los demás
  3. Reflexiono mi decisión: analizo si lo que estoy decidiendo está relacionado con mis deseos internos. Recuerda que la decisión que tomes debe favorecerte a ti, por lo que te sugiero que pienses en lo que el cuerpo te pide en ese momento, que por supuesto pueden ser distintas alternativas. 
  4. Me alejo por unos instantes de mi mente computadora e intento guiarme por la intuición escuchando a mi voz interior. Te dará inputs que debes considerar, no sólo de datos objetivos se vive.
  5. Revisa si está saliendo a relucir algún comportamiento perfeccionista que te esté llevando a posponer la decisión. Si es así, dale la espalda, en esta entrada te explico cómo hacerlo.


En todo ese proceso que espero que te sirva para superar la indecisión, ten presente que, al elegir, necesariamente vas a renunciar a algo y que es posible que te equivoques, asúmelo, esto es así, por lo que una vez tomada la decisión, acertada o no, debes sentirte orgulloso por haber arriesgado y decirte a ti mismo: ¡A lo hecho pecho!


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Sigue el camino medio y serás feliz

El perfeccionismo ha sido una cualidad considerada por muchos como una virtud, sobretodo en el ámbito laboral, en el que ser perfeccionista es un rasgo de personalidad de los más requeridos. Personalmente opino que este comportamiento puede llegar a ser fuente de una gran insatisfacción en tu vida, por lo que si eres capaz de detectarlo no dudes en darle la espalda.

Te voy a explicar cómo puedes detectar patrones de personas perfeccionistas. Para empezar, La Real Academia Española define el perfeccionismo como “una tendencia a mejorar indefinidamente un trabajo sin decidirse a considerarlo acabado”.


La persona perfeccionista tiene un alto nivel de autoexigencia y este patrón de exigencia lo acaban proyectando también sobre la gente con la que se relacionan provocando tensión en los demás. Tener el listón tan alto les impide muchas veces seguir adelante con sus metas, a menudo abandonan sus planes porque nunca encuentran la oportunidad ideal para realizarlos. Su mirada está entrenada para detectar fallos en todo y también excusas para no ponerse manos a la obra.

El perfeccionista se niega a tomar una decisión si no resuelve antes todas las dudas por miedo a equivocarse y no tomar la decisión perfecta. Son muy propensos a obsesionarse en cómo deberían ser las cosas y les cuesta ver cómo son en la realidad. No suelen encajar bien las críticas y nunca están satisfechos con sus logros porque nunca nada es suficiente y esto les genera frustración y una ansiedad constante por ser perfecto en todos los aspectos de su vida.

Si reconoces algunas de estas conductas en ti o en alguien cercano te recomiendo que trates de aplicar las siguientes seis tácticas para dar la espalda al perfeccionismo:

  1. Pon a prueba el miedo a equivocarte: muchas veces no somos capaces de emprender nuevos proyectos por miedo a fracasar o por no tener la aprobación de los demás. Pero párate a pensar un poco, la única forma de aprender es probando y fallando, así que toca plantarle cara al miedo si lo que quieres es avanzar en tu vida.
  2. “Si dudas, hazlo, inténtalo”: es un principio psicológico que nos viene a decir que la gran parte de los desastres que imaginamos que sucederán si fallamos son exageraciones que nunca ocurren. Saldrás ganando si te acostumbras a decir sí cuando la duda se apodere de ti.
  3. Autodisciplínate: cuando te hayas planteado llevar cabo algo importante para superar un miedo y lo incumplas, castígate con algo que aborrezcas o en el caso contrario, prémiate haciendo algo que adores. 
  4. “Sigue el camino medio y serás feliz”-es una frase del escritor y filósofo estadounidense Lou Marinoff- para ello es necesario huir de los extremos, por ejemplo un pensamiento extremista es pensar que si no eres el mejor en algo eres un fracasado. También, para ello hay que focalizarse en los puntos intermedios, es decir, encontrar un equilibrio en todos los aspectos de tu vida
  5. Renunciar a la seguridad basada en circunstancias externas para trabajar tu fortaleza mental interior, por ejemplo rompiendo moldes. Piensa que tu valía personal no tiene nada que ver con tus logros, tú vales por la persona que eres no por lo que haces
  6. Bajar el nivel de autoexigencia y aceptarse a uno mismo y a los demás con sus virtudes y defectos, asumiendo que los errores  son necesarios para aprender y evolucionar. 

Como verás ser perfeccionista puede tener un precio demasiado alto: vivir en tensión,  con miedo a equivocarte y con angustia por querer hacerlo todo perfecto. Consúltalo con tu almohada, yo ya lo tengo bien claro: ¡Le doy la espalda y me voy por el camino medio!


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No dejes que las emociones te paralicen



Las emociones son estados transitorios de nuestra mente que nos permiten adaptarnos a la vida. Si aprendes a entender cómo funcionan, te será más fácil sobreponerte y evitar que te abrumen cuando te asalten. Para mi crecer o madurar es en parte ser consciente de tus emociones y saber entenderlas para que no te paralicen.

Por ejemplo, al perder a un ser muy querido, a menudo te invade un sentimiento de soledad aunque estés rodeado de gente. Esto puede ser debido en parte a sentir una sed de amor insatisfecha. Cuando consigues entender esa emoción deja de sobrepasarte, no necesitas salir corriendo para llenar ese vacío porque eres consciente de que se trata de un sentimiento pasajero, puedes calmarte pensando: "Estoy triste pero yo no soy una persona triste y del mismo modo que la tristeza ha venido también se irá".



La tristeza, como toda emoción tiene su función, emerge cuando hemos vivido una experiencia traumática o cuando recordamos una experiencia del pasado que no se volverá a repetir. La función de este estado es desprendernos de aquello que un día tuvimos o sentimos para adaptarnos y continuar con nuestras vidas.

No es tarea fácil lidiar con tus emociones, sobretodo con las negativas, por ello te recomiendo que apuestes por trabajar, además de la resiliencia, tu inteligencia emocional. El psicólogo estadounidense, Daniel Goleman, la define como la capacidad para reconocer sentimientos en uno mismo y en otros, siendo hábil para gestionarlos y dirigirlos a la hora de relacionarse con los demás.

Para iniciarte en la Inteligencia Emocional te pueden servir los siguientes consejos:

  • Aprender a reconocer tus emociones, cómo te sientes y reaccionas ante ciertas situaciones para ser consciente de cómo eres y cómo actuas. En este sentido la premisa básica es: "Piensa antes de actuar y aprende a controlar tu impulsividad". 
  • Trabaja tu empatía: no juzques a las personas que te rodean, intenta desarollar la capacidad de ponerte en la piel del otro siendo capaz de entender lo que está sintiendo. 
  • No es bueno remprimir tus emociones pero tampoco puedes dejar que te gobiernen siempre. Hay momentos en los que es necesario desahogarse pero también es necesario aprender a regular las emociones. Recueda que en tu mente tienes el control para permitir o no que emerjan. 
  • Para controlar las emociones es clave mantener a raya tus pensamientos irracionales tratando de racionalizarlos. 
  • Busca el bienestar de los demás tanto como el tuyo propio, la verdadera felicidad no es verse feliz a uno mismo, sino ver cómo los demás son felices contigo. 
  • Aprender a automotivarse en el día a día, sacando la fuerza y la voluntad de donde sea necesario con una finalidad clara, que cada noche al terminar el día puedas sentirte satisfecho y orgulloso porque hayas dado todo lo mejor de ti. 

Para mi es un propósito en firme ser cada día una persona más emocionalmente inteligente, capaz de reconocer mis emociones, de automotivarme y de controlar mi estado de ánimo para conseguir mi meta. Espero que éste también sea tu deseo y que mis consejos te ayuden a conseguir que tus emociones no te abrumen.


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La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces



En esta entrada quiero hacer tributo a una de las cualidades que más me han ayudado en mi desarrollo personal: la paciencia, un rasgo clave de la personalidad madura.


La paciencia es la actitud que te permite soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien en tu vida. Aunque, este término también tiene sus connotaciones negativas asociadas al conformismo o la inactividad, para mi es sin duda la virtud de quienes saben sufrir y tolerar adversidades con fortaleza.


Recientemente he vivido un cambio muy anhelado en mi vida que si no hubiera sido por la paciencia no habría logrado. Ser paciente me ha servido para valorar aquello que he conseguido tras mucho esfuerzo y espera. Pero no siempre he sido paciente, recuerdo que de más joven era bastante impaciente por conseguir mis metas. Con el tiempo aprendí que la mayoría de las veces puede ser contraproducente intentar forzar o avanzar acontecimientos en tu vida. Lo habitual es que los resultados lleguen en su momento justo, que acostumbra a ser cuando menos te lo esperas.

Como casi todo en esta vida, la paciencia también se aprende. Para desarrollar el arte de ser paciente a mi me han servido las siguientes consignas:
  
  • Ocuparse de las tareas pero sin preocuparse. De nada sirve desesperarse porque lo único que consigues es obcecarte y esto dificulta la apertura mental necesaria para encontrar soluciones a cualquier contratiempo. No te satures, si te equivocas o algo falla, acéptalo, eres humano, aprende de tus errores y sigue adelante.    

  • Si eres persistente y constante en tus metas, con el tiempo tranquil@ porque todo llega. Pero eso sí, céntrate en el presente, esfuérzate y trabaja minuciosamente para conseguirlo sin olvidarte de disfrutar a conciencia de todo el proceso.

  • Pensar con cierto desapego también sirve: si no logras el bien deseado siempre podrás buscar otros proyectos que te llenen porque no necesitas un bien en concreto para ser feliz. Si lo consigues será genial, pero no condiciones tu felicidad a la meta que te hayas fijado.

  • Deja que la vida fluya a su ritmo sin precipitarte. Espera con calma a que las cosas sucedan ya que muchas veces no depende estrictamente de ti y hay que darle tiempo al tiempo para luego recrearte de algo que deseas obtener. Pero, saber esperar no es quedarse quieto, sino avanzar siguiendo el ritmo que te marca la vida.

  • Mantener la calma sin dramatizar: encajar las adversidades o las dificultades con fortaleza para lograr un equilibrio mental que es clave para desarrollar nuestra paciencia.

  • Y para trabajar el equilibrio mental practicar cualquier deporte, manualidades y técnicas de relajación como la respiración te pueden ayudar muchísimo.

Ya para terminar este post te dejo una frase del célebre Jean Jacques Rosseau que nos recuerda que "La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces”. Yo te sugiero que intentes poner en práctica mis consignas para restarle amargura a la paciencia y con el tiempo deleitarte con dulzura de sus frutos.

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La Resiliencia: la mejor píldora para tus adversidades

Hoy me gustaría dedicar esta entrada a la resiliencia, es posible que muchos hayáis podido escuchar hablar de este concepto, si es nuevo para ti, se trata de la capacidad que tenemos cualquier persona para sobreponernos a traumas o adversidades que todos experimentamos en nuestras vidas.


Perder a un ser querido es una tragedia que produce sufrimiento, dolor, inseguridad e incertidumbre. Es una experiencia que nos lleva al límite y para superarla te recomiendo que apuestes por la resiliencia.


Por la definición podríamos pensar que la resiliencia es propia de personas con un carácter fuerte o valientes. Pero no es así, las investigaciones en este campo han determinado que no se trata de una cualidad innata y que las personas que desarrollan esta capacidad son aquellas que consiguen tener en sus vidas vínculos afectivos seguros. Boris Cyrulnik, psiquiatra francés experto en al materia, define la resiliencia como “la habilidad de saber construirse en cada ocasión un entorno afectivamente seguro desde el que explorar el mundo”.

Según Cyrulnik, la clave de la resiliencia reside en los afectos, la solidaridad y éstos en el contacto humano. Para por ejemplo superar un trauma como la pérdida de un ser muy querido, es crucial tener personas a tu lado que te quieran y te apoyen. Este es el factor principal para ser mucho más resiliente en tu vida.

Pero quizá te estarás preguntado, que más puedes hacer para ser más resiliente. Toma nota de algunos consejos basados en mi experiencia personal:

  • Reinterpretar la tragedia sucedida con una lectura en clave de aprendizaje. Piensa que una desgracia es menos si podemos aprender alguna lección de ella.

  • Esforzarte por cuidar tus relaciones con familiares o amigos puede contribuir a aumentar tu resiliencia. Por experiencia se que hay palabras que transmiten tanto afecto y seguridad que en momentos díficiles pueden a veces ayudarte a aliviar tu herida.

  • Permitirte sentir emociones intensas como la tristeza o la ansiedad, sin temerlas, siendo muy consciente de que se trata de estados transitorios, igual que vienen se van y casí siempre después de la tormenta llega la calma.

  • Ver los problemas que se presentan como retos que tu puedes superar, no como terribles amenazas. Es importante que tengas presente en este punto que si piensas un poco siempre hay personas que están en circunstancias mucho peores que la tuya.
  • Trabajar el autoconocimiento para tener claras tus fortalezas y limitaciones y así sentirte más segur@. Esto ayuda para enfrentar cualquier adversidad.

  • Confiar más en ti mismo para sobreponerse a la tragedia, piensa que si otros han podido salir fortalecidos, ¡tú también puedes salirte de esa!

  • No intentar tener el control de todas las situaciones, todos lo sabemos que hay hechos que no están en nuestras manos y de nada sirve obcecarse en tener el control de todo. Es crucial en este sentido aprender a lidiar con la incertidumbre para llegar a sentirse cómodos conviviendo con ella.

  • Adaptarse a los cambios, ser flexible y capaz de cambiar nuestros planes o metas cuando es necesario, estar abiertos a varias alternativas.

  • Tomarte tu tiempo slow para ti, para tener claros tus prioridades en esta vida y el sentido de tu existencía. Si te interesa desarrollar este punto puedes leer más en mi entrada sobre la filosofía slow.


Recuerda que uno no nace siendo resiliente, se hace desarrollando habilidades saludables para no sólo superar una crisis sino también para salir fortalecidos de la misma. Así que, ve tomando tu píldora de la resiliencia porque sirve para sobreponerte a cualquier adversidad que se presente en tu vida.


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